sábado, 10 de enero de 2009

Parto vertical

Históricamente el ser humano siempre ha tenido el parto en posiciones más o menos verticales del tronco.
Una de las posturas más utilizadas es la de cuclillas, así como la de sentada o semisentada con los muslos flexionados sobre el abdomen.
En esas posturas se modifica el diámetro transverso y antero posterior de la pelvis entre 1 y 2 centímetros, ya que al estar flexionados los fémures, actúan elevando los huesos inanimados de la pelvis.
De hecho la maniobra más utilizada para solucionar una de las complicaciones obstétricas más temidas, la distocia de hombros, se basa en la flexión máxima de los muslos de la madre sobre su abdomen aumentando así el diámetro de la pelvis y permitiendo la salida de los bebés que tienen dificultades por su excesivo tamaño a nivel torácico.
No debe olvidarse que también permite a la mujer ver el nacimiento de su hijo, motivándola a pujar en forma más efectiva, al margen de permitir un mayor control de la situación. Tan flagrante evidencia sobre las ventajas de las posiciones verticales, merece por lo menos una actitud más participativa de las embarazadas en la definición de la forma en la que van a tener su parto. Las mujeres tienen que saber que pueden elegir la postura que más les agrade para parir, la que más confortable les resulte y que todo el peso de las evidencias científicas están a favor de el uso de posiciones verticales, que hacen más corto, seguro y placentero el momento del nacimiento.
Fuente: portalesmedicos

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