Colicos
El cólico del lactante o un espasmo o una contracción dolorosa del intestino, se trata de un fenómeno, de un periodo delicado, que causa molestias a la mayoría de los bebés. No se trata de una enfermedad grave.
Cómo detectar los cólicos
Se puede detectarlo cuando tu precioso bebé deja de estar callado, de ser pacífico y tranquilo, y empieza a llorar y a gritar al final de cada tarde y principio de la noche. El llanto pasa a ser constante y puede durar hasta tres horas ya que no existe nada que pueda evitarlo. Hace con que los padres se sientan desesperados y frustrados, y al final, muy cansados. Eso es lo que llamamos de cólicos del lactante.
El cólico no dura para siempre
Los cólicos suelen manifestarse durante la tercera semana de vida del bebé y normalmente duran hasta la quinta o sexta semana. Felizmente, el cólico no dura para siempre. La mejoría es lenta pero segura, desapareciendo por completo al tercer més de vida. A partir de ahí si el cólico persiste, se puede considerar otro diagnóstico como el reflujo. Con frecuencia el cólico se inicia a la misma hora cada día, y de una forma repentina. Cuando los bebés lloran tambien pueden mover las piernas y los brazos, encogiéndolos y posteriormente estirándolos. Hasta pueden ponerse bien rojos de llorar. Al llorar, el bebé traga aire y eso provocará más dolor por los gases y puede hacer con que el estómago del bebé se vea hinchado y duro. A pesar del dolor abdominal, los bebés comen y suben de peso normalmente. El diagnóstico del cólico se basa en la descripción que dan los padres del llanto de su bebé. Pero un examen físico cuidadoso es importante para asegurarse que el bebé no tiene una hernia, un pelo en el ojo o algún otro problema médico que necesite atención.
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