El bajo peso al nacer seguido de un aumento de peso excesivo durante la infancia y la adultez temprana podrían conducir a una inflamación de bajo grado, lo que a su vez puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiacas posteriormente, señala un nuevo informe.
Los investigadores anotaron sus hallazgos en un estudio de 5,840 personas a las que se les dio seguimiento desde su nacimiento hasta los 31 años; sin embargo, entre los participantes aparecieron pocos problemas relacionados con el corazón, debido probablemente a que aún eran relativamente jóvenes. Los investigadores pretenden darle seguimiento al menos durante otros 20 años más.
El estudio finlandés, que se espera sea publicado en la edición del 10 de abril de la revista European Heart Journal, plantea que iniciar un estilo de vida saludable desde el nacimiento podría desempeñar un papel en la prevención de problemas cardiacos.
Los investigadores analizaron los niveles de proteína C reactiva (PCR) en la sangre de los participantes. El hígado secreta la PCR y los niveles ligeramente elevados pueden indicar una inflamación crónica de bajo grado. El estudio, realizado con participantes finlandeses, halló que aquéllos que tenían una talla pequeña al nacer, pero que luego alcanzaron su nivel máximo de peso a los 31, tenían los niveles más elevados de PCR en promedio.
"La inflamación de bajo grado es importante porque está asociada con futuros eventos cardiovasculares en muchos estudios de población de los últimos años, y podría tener que ver con el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares", señaló en una declaración preparada el coautor del estudio Paul Elliott, jefe del Departamento de epidemiología y salud pública del Imperial College de Londres.
Tras ajustar otros factores potenciales confusos, los niveles de PCR eran 16 por ciento más altos por cada kilogramo menos de peso al nacer, 21 por ciento más altos por cada 10 centímetros menos en el tamaño al nacer y 24 por ciento más altos por cada 1 kg/m3 menos al nacer (kg/m3 es lo que se conoce como índice ponderal). Cada ganancia adicional en kg/m2 (índice de masa corporal) entre los 14 y 31 años estuvo asociada con un incremento de 16 por ciento en los niveles de PCR; esta asociación fue más acentuada para las personas que tenían un IMC mayor a los 14 años.
En su informe, los autores señalaron que "el hallazgo de que el aumento de peso entre la adolescencia y la edad adulta parece jugar un mayor papel en la inflamación de bajo grado que el peso en la adolescencia por sí solo podría tener implicaciones importantes para la prevención primordial de las enfermedades cardiovasculares. El fomento de un estilo de vida más saludable en la infancia y la adolescencia, que podría conducir a la estabilización del peso, podría ser un paso crucial en el establecimiento de un bajo perfil de riesgo cardiovascular en adultos jóvenes".
Artículo por HealthDay
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