Cuando el bebe regresa a casa y después de toda la felicidad y alboroto, llega también muchas responsabilidades entre ellas el cuidado y el aseo del cordón, el cual tiene todo un procedimiento de limpieza antes de que se caiga, así no se infecta ni enferma al bebe, aquí te dejo los pasos que debes seguir.
- Después de lavarte las manos, retira la gasa que envuelve el cordón.
- Con una mano sujeta la pinza. Con la otra, empapa una gasa estéril con agua jabonosa (utiliza jabón líquido neutro) y limpia con suaves toques el ombligo y la piel de alrededor. Realiza esta operación una o dos veces al día, lo que te indique el pediatra.
- Además de este cuidado diario, la mayoría de los pediatras recomiendan desinfectar el cordón una vez al día o una vez cada dos días. Debes hacerlo del siguiente modo: después de bañar a tu pequeño, colócalo sobre el cambiador, empapa una gasa en alcohol de 70º o clorohexidina (líquido antiséptico transparente) y desinfecta, dando toques suaves, la zona del ombligo. Ten mucho cuidado, porque si usas demasiado alcohol puedes llegar a quemar la delicada piel de tu hijo. No uses mercurocromo (antiséptico de color rojo); no es conveniente y no podrías valorar la herida y comprobar si enrojece o presenta otros síntomas de infección. Tampoco emplees antisépticos con base de yodo, ya que el bebé puede absorberlo a través de la piel y sufrir problemas de tiroides.
- Después de limpiar o desinfectar su ombligo, seca bien la zona (pero con suavidad, sin frotar). Coge otra gasa seca y enróllala alrededor del cordón. Cuando le pongas el pañal, sujeta con éste el apósito sin que le oprima el abdomen. Algunos pediatras aconsejan dejar esta zona al aire y cubrirla con un pañal especial para recién nacidos, que cuenta con protector de ombligo.
- Cámbiale la gasita siempre que se le moje o se le ensucie. Cuida de que la herida esté siempre limpia y seca.
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